jueves, 17 de abril de 2014

La dama de Shalott

I parte
A ambos lados del río se despliegan
anchos campos de cebada y centeno,
que decoran la tierra y se reúnen con el cielo;
y a través del campo se extiende el camino
que va hacia las torres de Camelot;
y la gente va y viene,
contemplando el lugar donde se balancean los lirios
alrededor de la isla de allí abajo,
la isla de Shallot.
Los sauces palidecen, tiemblan los álamos,
Las leves brisas se ensombrecen y tiemblan
en las olas que discurren sin cesar
por el río que rodea la isla
fluyendo hacia Camelot.
Cuatro muros grises y cuatro torres grises,
dominan un lugar rebosante de flores,
y la silenciosa isla aprisiona
a la Dama de Shallot.
Por la orilla, cubiertas por los sauces,
se deslizan las pesadas barcazas
tiradas por lentos caballos; e ignorada
navega la chalupa con revoltosa vela de seda
rasurando las aguas hacia Camelot:
pero, ¿Quién la ha visto agitando su mano?
¿O asomada en el marco de la ventana?
¿Acaso es conocida en todo el reino
la Dama de Shallot?
Sólo los segadores, segando temprano
entre la espesura de cebada,
escuchan un canto que resuena vivamente
desde el río transparente que serpea,
hacia las torres de Camelot:
Y a la luz de la luna, el cansado segador,
apilando los fajos en aireadas mesetas,
al escucharla, murmura: “Es el hada
Dama de Shallot”.
II parte
Allí, noche y día, teje
un mágico lienzo de alegres colores.
Ha oído un susurro advirtiéndole
que una maldición caerá sobre ella
si mira hacia Camelot.
Desconoce el tipo de que maldición es,
y debido a ello teje sin parar,
sin preocuparse de nada más,
la Dama de Shallot.
Y moviéndose a través de un cristalino espejo
colgado todo el año ante ella,
aparecen las tinieblas del mundo.
Ve la cercana calzada
discurriendo hacia Camelot:
ve los arremolinados torbellinos del río,
los rudos patanes pueblerinos,
y las capas rojas de las muchachas,
provinientes de Shallot.
A veces, un grupo de alegres damiselas,
un abad deambulando,
a veces, un pastorcillo con bucles en el pelo ,
o un paje con melena y vestido carmesí,
van hacia las torres de Camelot;
Y a veces, a través del azul espejo
los caballeros vienen cabalgando en pares:
No tiene un caballero leal y franco,
la Dama de Shallot.
Pero aún gozando en tejer
en su lienzo las visiones del mágico espejo,
-cuando a menudo en las noches silenciosas
un funeral, con velas, penachos
y música, se dirigía hacia Camelot;
o cuando la luna estaba en lo alto,
y llegaban dos amantes recién casados-
“Cansada estoy de las sombras”,
dijo la Dama de Shallot.
III parte
A tiro de arco de su alero,
cabalgaba entre los fajos de cebada,
el sol resplandecía por entre las hojas,
y llameó en las grebas de bronce
del intrépido Lanzarote.
Un cruzado de rodillas para siempre
ante una dama en su escudo,
que resplandecía entre los dorados campos, cercanos a la remota
Shallot.
Las engarzadas bridas brillaban libres,
como las ramificaciones estelares que vemos
suspendidas en la áurea Galaxia.
Alegres resonaban los cascabeles
mientras él cabalgaba hacia Camelot:
y de su ostentoso tahalí colgaba
un poderoso clarín de plata,
y al galope su armadura repicaba,
cerca de la remota Shallot.
Bajo el azul del despejado día
brillaba la lujosa montura de cuero,
el yelmo junto con su pluma
ardían juntos en una única llama,
mientras él cabalgaba hacia Camelot.
Como suele suceder en la purpúrea noche,
bajo radiantes constelaciones,
algunos meteoros, trayendo una estela de luz gravitan sobre la
apacible Shallot.
Su frente clara y amplia resplandecía al sol;
con cascos bruñidos pisaba su caballo;
bajo el yelmo flotaban sus rizos
negros como el carbón mientras cabalgaba,
mientras cabalgaba hacia Camelot.
Desde la orilla y el río
Brilló en el cristalino espejo,
“Tirra lirra”, por el río
cantaba Sir Lancelot.
Ella dejó el lienzo, dejó el telar,
dio tres pasos por la habitación,
vio florecer el lirio en el agua,
vio la pluma y el yelmo,
y miró hacia Camelot.
La tela salió volando y ondeó en el vacío;
El espejo se quebró de lado a lado;
“la maldición cae sobre mí”, gritó
la Dama de Shallot.
IV parte
Tensos, bajo el tormentoso viento del este,
los dorados bosques empalidecían,
la corriente gemía en la ribera,
el cielo encapotado llovía fuertemente
sobre las torres de Camelot;
Ella descendió y halló una barca
flotando junto al tronco de un sauce,
y alrededor de la proa escribió
“La Dama de Shallot”.
Y en la oscura extensión río abajo
-como un audaz vidente en trance,
contemplando su infortunio-
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shallot.
Yaciendo, vestida con níveas telas
ondeando sueltas a los lados
-cayendo sobre ella las ligeras hojas-
a través de los susurros nocturnos
navegó río abajo hacia Camelot:
Y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción,
a la Dama de Shallot.
Escucharon una tuna, lastimera, implorante,
tanto en voz alta voz como en voz baja,
hasta que su sangre se fue helando lentamente,
y sus ojos se oscurecieron por completo,
vueltos hacia las torres de Camelot;
Y es que antes de que fuera llevada por la corriente
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando su canción,
la Dama de Shallot.
Bajo torres y balcones,
por muros de jardín y tribunas,
con brillante esbeltez pasó flotando,
entre las casas, pálida como la muerte
y silenciosa por Camelot.
A los muelles acudieron,
caballeros y burgueses, damas y lores,
y en torno a la proa su nombre leyeron,
La Dama de Shallot.
¿Quién es? ¿Y qué hace aquí?
Y junto al iluminado palacio,
cesaron los sones de vitoreo real;
y temerosos se persignaron
todos los caballeros de Camelot:
Pero Lancelot se quedó pensativo;
dijo, “Tiene un rostro hermoso;
Dios, en su bondad, la llenó de gracia,
a la Dama de Shallot”.



Nazis y aliens

Existe el mito de que, en la Segunda Guerra Mundial, los nazis fueron ayudados y posteriormente engañados por los alienígenas.
Fuentes anónimas afirman que, en una de sus venidas a la Tierra, los alienígenas encontraron el mundo en guerra y, viendo que la Alemania nazi era la nación más avanzada de su momento, decidieron ponerse en contacto con ellos.
Según estas fuentes, el bunker en el que se escondió Hitler durante los últimos meses de la guerra estuvo a menudo rodeado de OVNIs y otros extraños transportes debido al continuo contacto con estos seres.
Estas relaciones dieron a Hitler las ideas que conllevarían la aparición de otros mitos: base secreta en la Antártida, túneles que atravesaban el Atlántico, ciudades subterráneas en los Balcanes...
También se dice que la tecnología nazi avanzó mucho gracias a estos contactos.
Los extraterrestres mostraron a Hitler la energía Vril que ellos utilizaban, de origen desconocido pero que nunca se acababa y era más potente que la energía nuclear.
A su vez, se cree que los nazis llegaron a desarrollar la tecnología suficiente para crear sus propios OVNIs.
Sin embargo, las razones que se exponen para explicar que nada de esto haya llegado hasta nuestros días, es que los extraterrestres también se pusieron en contacto con soviéticos y británicos, señalándoles los lugares donde los nazis trabajaban con toda esta tecnología e instándoles a que los destruyeran.
De esta forma los aliens comprobaron la capacidad de desarrollo del ser humano pero evitaron que pudieran llegar a utilizar sus propios descubrimientos contra ellos.
Pero todo esto son mitos y leyendas.
O no... 



El Trino del Diablo

Giuseppe Tartini es conocido por ser quizá el mejor violinista que la humanidad ha conocido nunca. Cuentan las malas lenguas que el tremendo talento para el violín que poseía no era sólo fruto de práctica y constancia, sino que el diablo había metido la mano en el asunto.
Todo lo que Tartini tenía de virtuoso a la hora de hacer música, lo tenía de antipático y excéntrico a la hora de comportarse en sociedad. Se cuenta que de joven, escuchó a alguien que tocaba mejor que él, y su rabia fue tal que se recluyó a las afueras de la ciudad, para practicar a solas, hasta que su talento superó con creces el del otro intérprete. Era un hombre entregado en cuerpo y alma a su talento musical, descuidando todo lo demás si era necesario. Tartini era capaz de practicar doce horas al día sin descanso, y estar noches en vela y semanas enteras recluido en su casa sin más ocupación que su violín.
El mismo Tartini escribió que una noche, Satanás se le apareció en un sueño y le pidió su violín, pues le apetecía improvisar una pequeña pieza. El asombro del violinista fue inmenso al ver al Diablo tocar una complicadísima composición, con una virtuosidad y una bravura nunca vistas. Estaba tan fascinado que llegó a un estado cercano al éxtasis, hecho que le hizo despertar violentamente. Tartini se pasó aquella madrugada y casi todo el día siguiente transcribiendo la complicadísima obra que el Diablo le reveló en sueños. Y lo consiguió.

Esta sonata pasó a llamarse el "Trino del Diablo", y es una de las composiciones más famosas y más complicadas de la historia de la música. Fue también la obra que dio gran renombre a Tartini, y que hizo que se le conociese como el mejor violinista de todos los tiempos. Si así lo deseas, puedes escucharla más abajo.


miércoles, 16 de abril de 2014

Luces

Era ya la quinta noche seguida que aquel estudiante no conseguía conciliar el sueño. Arrastraba un grave problema de insomnio desde que comenzó la carrera, problema que estaba comenzando a afectar a su vida social y a su rendimiento académico. Infusiones, somníferos y remedios de toda clase no daban resultado, o dejaban de darlo pasadas unas semanas de tratamiento. Su carácter, antaño alegre y vivo, había degenerado hasta convertirlo en un ser huraño y callado, rayando casi en la misantropía.
Aquella noche, el joven se acostó en la cama, resignado a no dormir una noche más. Su mirada, que iba posándose en los diversos rincones de su habitación, fue a parar a la ventana, donde permaneció a causa de un detalle inusual que había en ella. En medio de la oscuridad habitual podían distiguirse dos pequeñas luces lejanas que antes no estaban ahí. Eran prácticamente del mismo tamaño, de un color entre blanquecino y amarillento, y se hallaban muy próximas la una de la otra. Tenían un brillo extraño, como tranquilizador, que incitaba a observarlas. Y fue observándolas como poco a poco, el estudiante comenzó a sentirse cada vez más cansado, hasta que finalmente cerró los ojos y cayó víctima del sueño.
A la mañana siguiente, el joven se despertó y cayó en la cuenta de que había conseguido dormir gracias a aquellas misteriosas luces. En su interior, se sintió muy agradecido a quien fuese que las hubiese colocado, y se dispuso a comenzar la jornada con fuerzas renovadas.
Desde aquel día, el estudiante sólo tenía que quedarse mirando aquellas curiosas luces para conseguir dormir como un ángel. Su carácter volvió a ser el de antes y sus relaciones sociales mejoraron mucho. Incluso sus notas, que al principio eran medianamente aceptables, se vieron incrementadas a causa de la recuperación del sueño perdido.
Un día, al joven le entró la curiosidad de saber de dónde provenían aquellas luces que tanto bien le habían aportado. Abrió la ventana de su habitación y escrutó con atención el paisaje de la ciudad, buscando algún foco potencial de luz. Sin embargo, por más que forzaba la vista, no conseguía encontrar dos fuentes de iluminación semejantes y lo suficientemente próximas como para que la luz que proyectaban llegase a distinguirse con tanta claridad.
Sin embargo, cuando al joven se le ocurrió bajar la mirada y vio el estado de la repisa, su corazón dio un vuelco. Todo el ladrillo estaba rayado, como si un animal se hubiese apoyado en él, y las marcas no eran precisamente pequeñas. En algunos puntos, incluso se apreciaban muescas horadadas en el material. Asimismo, el borde de madera de la ventana presentaba marcas de grandes garras, hasta el punto en el que había partes en las que la madera había sido completamente arrancada de su sitio.

Desde aquel día, los problemas de insomnio del estudiante aumentaron. 

martes, 15 de abril de 2014

Aracne

Se conoce a Atenea por ser diosa de la guerra y la sabiduría griega. Mas algo que muchos desconocen es que además era diosa de la artesanía y esto le costó a Aracne un gran precio.
Aracne era hija de un tintorero, que era conocido por todos por teñir la lana con púrpura de Tiro. Fue aquí donde Aracne empezó a darse a conocer y donde se volvió una virtuosa del tejido y el bordado.
Tantas eran las alabanzas que recibía que se le acabaron subiendo a la cabeza y comenzó a alardear de ser más habilidosa que la misma Atenea. Esta aunque soberbia como todas las diosas, era compresiva y decidió darle a Aracne la oportunidad de redimirse de su osadía.
Así pues, Atenea se presentó en el puesto de Aracne, disfrazada de anciana. Con esta forma, la anciana le advirtió que no tentase a los dioses, y procurase no ofenderlos. La tejedora se burló y retó a quien quisiese a demostrar que era mejor que ella. Atenea, furiosa se quitó el disfraz y aceptó el reto.
Atenea tejió la escena de su victoria sobre Poseidón, que inspiró a los ciudadanos de Atenas para bautizar la ciudad en su honor. Según el relato latino de Ovidio, el tapiz de Aracne representaba veintidós episodios de infidelidades de los dioses disfrazados de animales: Zeus siendo infiel a Hera con Leda, con Europa, con Dánae y con otras.
Atenea tuvo que admitir que la obra de Aracne era perfecta, pero se enfadó muchísimo por la irrespetuosa elección del motivo. Perdiendo los estribos, la diosa destruyó el tapíz y el telar de Aracne golpeándolos con su lanzadera, y también golpeó en la cabeza a la joven. Aracne, que advirtió su insensatez y embargada por la vergüenza, huyó y se ahorcó.

En el relato de Ovidio, Atenea se apiada de Aracne y la rescata. Con jugo de acónito aflojó la soga que se convirtió en telaraña, y para castigarla por su atrevimiento hacia los dioses, la transformó en araña.

Ninfas

En la mitología griega, una ninfa era una deidad menor femenina asociada a un lugar natural concreto, como un manantial, un arroyo, un monte o una arboleda.
Se decía que eran hijas de Zeus y que tenían el nombre de olímpicas, lo que implicaba que podían ir al Olimpo como las deidades mayores. Diferentes de los dioses, las ninfas solían considerarse espíritus divinos que animaban a la naturaleza, se representaban como hermosas doncellas, desnudas o semidesnudas, que se entretenían baliando, cantando, y enamorando a los mortales. Se creía que moraban en la tierra: en árboles, en las cimas de montañas, en ríos, arroyos, cañadas y grutas. Según el lugar que habitasen se las llamaba Agrónomos, las ninfas de los campos, Orestíades, ninfas de las montañas, y las Náyades, ninfas del agua. Se decía que eran tantas ninfas que eran incontables.
Aunque se cuenta que ni envejecían ni podían morir por enfermedad, y eran capaces de engendrar de los dioses hijos completamente inmortales, ellas no eran inmortales completamente, ya que podían morir por causas diversas, como se demuestra en varios mitos.

Luna de sangre

La Luna se volvía de un extraño tono rojizo… Era como si sus lágrimas tibias y transparentes se tiñeran por la oscuridad de la sangre…”.
Dicen que cada 500 años la luna se torna de un color rojizo similar al de la sangre, y que es en esa noche cuando sale lo peor de nosotros. Dicen que el hombre se vuelve loco y le embarga la maldad, que asesina con mayor placer y hace mucho más daño a sus semejantes. Que los vampiros beben sangre pero no pueden saciar su sed, y mientras siguen manchando sus labios de su alimento temen la gran batalla, que lleva durmiendo siglos, y que será liberada por los ancianos de su estirpe. Que los licántropos son más imparables que nunca, más salvajes y desatados, y será la única vez que se les permita engendrar, dando lugar a una estirpe pura. Que los demonios adquieren nuevas habilidades para conseguir sus fines. O que los brujos consiguen aumentar su poder hasta invocar a demonios y pedirles favores.
Dicen que en estas noches, el hombre consigue el poder, se rebela a lo correcto y peca. Que las calles se llenan de sangre, al reflejo de la roja luna, y que el mal acabará con la vida en cualquier rincón de vuestra ciudad. Y será entonces cuando se abra la batalla de las batallas: todas las criaturas del mal lucharán por dominar el mundo.
Hoy nos corona la Luna de Sangre, atentos a lo que nos depara la noche.