jueves, 17 de abril de 2014

El Trino del Diablo

Giuseppe Tartini es conocido por ser quizá el mejor violinista que la humanidad ha conocido nunca. Cuentan las malas lenguas que el tremendo talento para el violín que poseía no era sólo fruto de práctica y constancia, sino que el diablo había metido la mano en el asunto.
Todo lo que Tartini tenía de virtuoso a la hora de hacer música, lo tenía de antipático y excéntrico a la hora de comportarse en sociedad. Se cuenta que de joven, escuchó a alguien que tocaba mejor que él, y su rabia fue tal que se recluyó a las afueras de la ciudad, para practicar a solas, hasta que su talento superó con creces el del otro intérprete. Era un hombre entregado en cuerpo y alma a su talento musical, descuidando todo lo demás si era necesario. Tartini era capaz de practicar doce horas al día sin descanso, y estar noches en vela y semanas enteras recluido en su casa sin más ocupación que su violín.
El mismo Tartini escribió que una noche, Satanás se le apareció en un sueño y le pidió su violín, pues le apetecía improvisar una pequeña pieza. El asombro del violinista fue inmenso al ver al Diablo tocar una complicadísima composición, con una virtuosidad y una bravura nunca vistas. Estaba tan fascinado que llegó a un estado cercano al éxtasis, hecho que le hizo despertar violentamente. Tartini se pasó aquella madrugada y casi todo el día siguiente transcribiendo la complicadísima obra que el Diablo le reveló en sueños. Y lo consiguió.

Esta sonata pasó a llamarse el "Trino del Diablo", y es una de las composiciones más famosas y más complicadas de la historia de la música. Fue también la obra que dio gran renombre a Tartini, y que hizo que se le conociese como el mejor violinista de todos los tiempos. Si así lo deseas, puedes escucharla más abajo.


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