Ente
mitad mujer y mitad águila, llamado arpía, tienen un cuerpo y faz
pálidos a causa de una sensación de hambre nunca satisface.
Suelen
ser denominadas arrebatadoras por su costumbre de volar en picado
hacia comida ajena y apropiarse de ella. Estos seres son los
descendientes de Equidna y Tifón, apareciendo en las sagas de dos
héroes clásicos: Jasón y Eneas.
Fineas, rey de Tracia, estaba
recibiendo el castigo de Zeus por utilizar erróneamente su don de la
profecía y revelar demasiada información sobre el futuro.
Se encontraba exiliado en una isla donde siempre encontraba suntuosos banquetes, pero cada vez que Fineas se sentaba a la mesa para comer, las arpías descendían, le arrancaban los alimentos de las manos y estropeaban el resto, tortura que continuó hasta la llegada de Jasón y los Argonautas.
Dos de los miembros de la tripulación eran hijos de Bóreas, el Viento del Norte, así que, gracias a su aptitud para volar, persiguieron a las arpías pero no les dieron muerte, respetando la voluntad de una de sus hermanas, Iris, diosa del arcoíris.
Se encontraba exiliado en una isla donde siempre encontraba suntuosos banquetes, pero cada vez que Fineas se sentaba a la mesa para comer, las arpías descendían, le arrancaban los alimentos de las manos y estropeaban el resto, tortura que continuó hasta la llegada de Jasón y los Argonautas.
Dos de los miembros de la tripulación eran hijos de Bóreas, el Viento del Norte, así que, gracias a su aptitud para volar, persiguieron a las arpías pero no les dieron muerte, respetando la voluntad de una de sus hermanas, Iris, diosa del arcoíris.
Iris
prometió que sus terribles hermanas no volverían a atormentar a
Fineas. Y este, en señal de agradecimiento, guió a los Argonautas
en el siguiente tramo de su búsqueda del Vellocino de Oro.
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